29 de marzo de 2014

¡Yo soy vuestro padre!

Amarás a tu mujer, tus hijos y tus aficiones frikis por encima de todas las otras cosas que pueda ofrecerte la vida (aunque no necesariamente por ese orden)
- Primer mandamiento del padre friki

Hace unos días (¿imagináis en que fecha?) llegó a mis manos ¡Yo soy tu padre! (Cómo llevar a tus hijos al lado oscuro), de Jorge Vesterra, y publicado por Timun Mas, y lo primero que pensé fue "Madre mía, estoy viejo". Lo segundo fue: "Igual es entretenido". Y lo tercero, una vez terminada su lectura, fue: "Pues si: lo cierto es que es muy entretenido".

A ver con dos mellizos a mis espaldas (por suerte, todavía no literalmente), uno trata desesperadamente de inculcarles las maravillas y bondades de la subcultura televisiva, cinematográfica y lúdica que uno ha mamado, lo que en los tiempos que corren no es nada difícil (ellos no van a sentir escalofríos al ver salir a Mazinger Z del agua, ni harán cola para ver la primera parte de El Señor de los Anillos, y mucho menos tendrán que esperar varias semanas para recibir un pedido de dados de rol porque solo se venden en tiendas especializadas de Barcelona). Pero se va intentando poco a poco: tienen sus peluches y libros 3D de Star Wars, sus pijamas de Superman, ya se han disfrazado de ewoks y (como no podía ser menos) de Luke y Leia, y estamos barajando si el año que vienen irán de Harry Potter y Hermione Granger, o nos atrevemos con Jaime y Cersei Lannister. Posiblemente la primera opción, me temo.

Pero luego te lees esto y dices: "Caray, no soy el último de Filipinas". Hombre, es algo que uno ya sabía, porque soy lector asiduo del blog Padre, marido y friki de mi querido Erekibion, pero en su ignorancia uno se piensa que los frikis somos especies raras e incluso que estábamos en peligro de extinción. Pero luego te llega aquí el amigo Vesterra, te saca un libro con Timun Mas (que no es, precisamente, una editorial de pueblo: que forma parte de Planeta, que ya es decir), un libro que se puede encontrar en Amazon, en la FNAC, en la Casa del Libro, en el Corte Inglés y, coño, hasta en el Carrefour, y donde se nos trata como a personas humanas. Aún más: como personas humanas capaces de relacionarnos y reproducirnos. Y si encima ya formamos parte del nuevo diccionario de la Real Academia de la Lengua, ¿qué más podemos pedir?

Así que por fin tenemos un libro (al menos que yo sepa) donde se nos habla de tú a tú, de padre friki a padre friki, que aunque está escrito con una alta dosis de humor y con gran amenidad, entre líneas me ha quedado claro que no tenemos que escondernos más en los armarios (esos que llevan a Narnia), que aunque frikis hay muchos y de distintas especies, todos compartimos gustos o aficiones más o menos comunes, un vocabulario propio y aunque los días 25 de mayo no salgamos a la calle con una toalla, entornaremos una sonrisa cómplice si vemos a un tipo que lo hace. Porque ambos formamos parte de un mismo mundo que puede que haya gente que no conozca, pero que nos da igual (tampoco yo conozco las variantes del rejoneo a caballo), porque nosotros si. Y queremos que nuestros descendientes también lo conozcan. Aunque luego, cuando sean adolescentes, se nos conviertan en completos desconocidos. Pero friquea con ellos, que algo siempre queda, seguro.

Así que es una lectura altamente recomendable si eres padre y friqui, o si simplemente quieres pasar un rato entretenido leyendo, pues se puede leer en una sentada (o en más de una si haces "lectura de baño", ya me entiendes). Además, siempre puedes aprender cosas nuevas: ¿o acaso sabíais que el día 13 de noviembre se celebra el día del juego de rol en español?

Yo, la verdad, es que no lo sabía...